Desmontando mitos gatunos

13.04.2021

Desde el color de su piel, hasta su forma de comportarse con nosotros.

Los gatos, han sido uno de los animales que probablemente hallan sufrido más desprecio por parte de los humanos, principalmente por no entenderlos.

Hoy os vamos a desmontar unos cuantos mitos sobre estos fantásticos animales, y por supuesto, os animamos a que compartáis vuestra vida con uno o más de estos peluditos ;)

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  • Siempre caen de pie: Los gatos poseen la capacidad de enderezar la posición de su cuerpo en el aire para tratar de caer de pie, minimizando el impacto contra el suelo. Sin embargo, no siempre ocurre esto y puede que al felino no le dé tiempo de darse la vuelta y caiga a plomo. No queremos decir que sea positivo que el gato se precipite desde gran altura, pero sí que en alturas menores puede no darle tiempo de enderezarse.
  • Tienen 7 vidas: ¿De dónde habrá salido esta falacia? Quizá provenga de la impresionante agilidad con la que estos animales sortean peligros de todo tipo... Pese a todo, los gatos tienen el mismo número de vidas que nosotros: ¡una!
  • Pueden beber leche: Todos tenemos guardada en nuestra memoria la imagen de un gato bebiendo leche de un platito. Pues bien, no está nada recomendado darle lácteos a los felinos. Los gatos se alimentan de la leche de su madre (no de la vaca) cuando son cachorros y conforme crecen, la lactasa, enzima encargada de digerir la lactosa presente en la leche, va desapareciendo de su cuerpo. Como consecuencia, si el gato bebe leche no digerirá la lactosa y podrá sufrir serios problemas gastrointestinales.
  • Si pierde los bigotes, no tendrá equilibrio: Los bigotes funcionan como órganos sensoriales que permiten a los gatos calcular la distancia y el espacio, no a equilibrarse.
  • Son ariscos y traicioneros: Rotundamente no. Lo que sí hay que tener en cuenta es que los gatos son animales solitarios por naturaleza por lo que en principio evitarán el contacto con otros. Sin embargo, la creciente domesticación que han experimentado, los han hecho más sociales. Eso sí, no al nivel de los perros, que son gregarios y, por tanto, altamente sociales.
  • Siempre se llevan mal con los perros: Si el gato ha convivido durante su periodo de socialización con un perro, es decir cuando el minino era cachorro, lo considerará un amigo.
  • Las embarazadas no deben tener gato: La forma más habitual de que una embarazada contraiga toxoplasmosis es por consumo de carne cruda o verdura contaminada. Si no te quedas tranquila, delega la tarea de limpiar sus cacas en otra persona y, si no hay opción, hazlo con guante.
  • Los gatos negros dan mala suerte: Este falso mito se remonta a la Edad Media, en la que el gato negro se asociaba con la brujería. Resulta irracional pensar que la suerte dependa de un color o de un animal. El color del gato está determinado por su herencia genética, que nada tiene que ver con la suerte.
  • Se educan solos: Los gatos desarrollan comportamientos y habilidades propios de su especie de manera natural, por instinto. Pero los dueños de un gato tendrán que preocuparse de que se socialice cuando es cachorro, que se acostumbre a los humanos, que haya reglas en casa, que no desarrolle agresividad en el juego... y eso se lo tienen que enseñar al animal.
  • Lo arañan todo: El gato necesita usar sus uñas, eso es así, pero no significa que vaya a destrozarlo todo en casa. Lo que hay que hacer es proporcionarle rascadores o accesorios que pueda arañar y enseñarle desde pequeño a usarlos, para desviar su atención de las zonas conflictivas. Además existen trucos para que la mascota no arañe objetos como restregarle un limón o colocar papel aluminio. También puedes pedirle al veterinario que le corte la puntita de las uñas delanteras.
  • Ven en blanco y negro: Ni gatos ni perros ven en blanco y negro. Ellos no poseen las células responsables de detectar el color rojo pero eso no es lo mismo que ver la vida en blanco y negro. Lo que ocurre es que no perciben tantos colores y tonalidades como los humanos que sí disponemos de ellas.
  • Necesitan menos cuidados que los perros: Vale que no hay que sacarlos a pasear pero los gatos también necesitan una correcta alimentación, juegos, cariño, ir al veterinario, que se les ponga las vacunas pertinentes...
  • Es normal que vomiten bolas de pelo: Esto ocurre cuando el gato, tras el acicalamiento, traga pelo y se le queda en el estómago o en el intestino delgado. El animal hace todo lo posible por expulsarlo y por eso vomita. Sin embargo, cuando esto se repite con frecuencia, podría provocar una peligrosa oclusión intestinal o necesitar cirugía. Si a tu gato le ocurriera, llévalo rápidamente al veterinario.
  • No se pueden educar: Los gatos son animales inteligentes capaces de aprender. Lo que ocurre es que no son, ni de lejos, tan sociales y gregarios como los perros. Para educarle, habrá que aprovechar aquellos momentos en que él quiera estar con nosotros. Empezar cuando es cachorro asegura mejores resultados.

Como podéis ver, al final con un poco de educación, podréis conseguir que vuestro gato sea aún mejor que el perro del vecino ;)


Fuente original: "Falsos mitos sobre los gatos" - Muy Interesante

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